Casa rural Cal Furriel
  Benavente
 

Benavente

 La ciudad de los antiguos Condes de Benavente se ubica en el encuentro de los fértiles corredores fluviales del Órbigo, Tera y Esla.

Apenas conserva parte de su trama medieval, con escasos ejemplos de arquitectura popular a lo largo de la Rúa, la vieja calle mayor, y otros puntos de la población, pero su recinto urbano se ha expandido en todas las direcciones. 

La historia de la ciudad arranca de la época romana. En sus cercanías estaba la antigua Brigeco.

Fue arrasada en el medievo por Almanzor y fortalecida en tiempos de Fernando II. Los Pimentel, familia de origen portugués, condes de Benavente, le dieron un impulso a partir del siglo XIV, cayendo luego en la atonía, al igual que la generalidad de las ciudades de la cuenca del Duero. 

Actualmente pasa por un período de desarrollo, beneficiada por su excelente ubicación viaria.

                                                   

                                                                        



Visitas y monumentos y otras cosas que hay que ver en Benavente:  


El patrimonio de la urbe

Lo más destacado de la ciudad de Benavente es la torre del gran castillo medieval.


                                                                                                                                                       

Santa María del Azoque

Hay que destacar en Benavente la iglesia de Santa María del Azoque (de zoco, mercado), donde resalta su cabecera compuesta por cinco ábsides.
 
Esta interesante iglesia, de tres naves y crucero, se inició en tiempos de Fernando II, siglo XII, terminándose en el XVI después de diversos avatares, destacando la portada del mediodía, las bóvedas ojivales, y diversas imágenes góticas y románicas. 

En su tosca torre hubo hasta hace pocos años un reloj muy celebrado que daba el toque de queda para la ciudad(cuarenta y cuatro campanadas) y que se cantaba en las coplas:


Campana, la de Toledo
Iglesia, la de León.
Reloj, el de Benavente,
Y rollo, el de Villalón.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                        

                                                                        
San Juan del Mercado
También tiene interés en Benavente la iglesia de San Juan del Mercado, Monumento Nacional desde 1931, ubicada junto a la Plaza Mayor. erteneció a un convento de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén. Sus obras comenzaron en 1182 y tiene diversos añadidos posteriores. 

Sin embargo hay que destacar el valor de sus portadas, especialmente la meridional, con un tímpano que descansa en sendas ménsulas. 

El retablo de San Ildefonso muestra una interesante pintura de factura local, del XVI. 

                                               
                                              



Hospital de la Piedad

Otro de los edificios que cabe destacar en la ciudad de Benavente es el Hospital de la Piedad.renacentista, con una hermosa portada de piedra de sillería, arco redondo y rematada con un altorrelieve de la Piedad. 

El edificio fue mandado construir por el quinto Conde de Benavente; tiene un patio porticado, cuadrado, de dos alturas. 

Fue hospital de transeúntes hasta el siglo XVIII, luego albergue de tropas, y finalmente digno asilo.  


                                                                      


El castillo

El Castillo de Benavente, que tuvo origen en tiempos de Fernando II, fue descrito en el final del siglo XV como de los más nobles y bellos.

Después de los alcázares de Granada y Sevilla no tiene igual en España
, afirmó Jerónimo Munzer en Viaje por España y Portugal. 

De aquellas magníficas piedras, engrandecidas en el siglo siguiente, apenas queda la recia Torre del Caracol. Austera mole aligerada en parte por sus cubos redondos y miradores. 

Al igual que en el monasterio de la Moreruela, sus piedras fueron arrancadas y vendidas como materiales de construcción.


                                  



El valle del Tera

Si el viajero hace un alto en la ciudad y busca más arte, puede dirigirse por el fértil valle del Tera hasta Santa Marta.

Santa Marta se encuentra en el municipio de Camarzana, y se trata de otra joya cumbre del románico de la zona.  
Se trata de los restos de un monasterio del siglo X, muy protegido por la monarquía leonesa y dependiente de la sede astorgana. La fábrica actual se alzó en 1077, tratándose de la edificación románica más antigua de Zamora, directamente emparentada con San Isidoro de León. 

Tiene planta de cruz latina con cabecera rectangular, influjo prerrománico. Toda ella es sencilla pero de gran interés artístico. Su portada principal, de tres arquivoltas, está flanqueada por sendas estatuas de valor. 



El toro enmaromado

El origen del festejo del toro enmaromado, según la documentación municipal, se halla situado en el contexto de la festividad del Corpus Christí, cuya celebración en la villa, según atestiguan las cuentas de fiestas más antiguas que se han conservado, ya tenía lugar en el siglo XV. En 1461-1462 figura entre las tres fiestas más señaladas de Benavente, aunque todo hace suponer que tienen una antigüedad mayor. 

Es en la segunda mitad del siglo XVII cuando se menciona por primera vez entre los actos de la denominada función del Corpus el correr una res con una maroma o ensogada, concretamente se cita al denominado" buey enmaromado". De esta forma se le llama en los primeros documentos, ya que el término "buey" era muy utilizado al parecer en la época para designar al toro de menor bravura (de este mismo modo continúa definiéndose en los tratados de tauromaquia). 

Posteriormente a mediados del siglo XVIII este festejo aparece ya con la denominación de" toro enmaromado de la víspera del Corpus", y plenamente configurado. Desde entonces se viene efectuando periódicamente y de una forma casi exclusiva en las fiestas del Corpus Christi; tan sólo en contadas ocasiones para celebrar algún acontecimiento de júbilo general se corrió un toro enmaromado al margen de esta celebración del Corpus. 

La razón u objeto por el que se instituye el festejo ha estado vinculado siempre más a la leyenda y a la tradición oral que a la realidad. Sin embargo, el hecho de que el festejo del toro enmaromado figure siempre estrechamente unido a la festividad del Corpus e incluido entre los actos fijos de la celebración desde finales del siglo XVII hace suponer que tuvo un origen religioso. 

Esta tradición de correr un toro enmaromado por las calles de Benavente ha pasado por numerosos avatares históricos (guerras, crisis, revueltas, etc.) que de una forma u otra afectaron a la fiesta. Salvo estos paréntesis circunstanciales se observa una continuidad en el festejo de unos trescientos años. 

Esta continuidad y arraigo de la tradición ha sido posible gracias a la voluntad de los benaventanos, que pese a todo han mantenido el secular rito. 

La fiesta del toro enmaromado de Benavente podría ser un eslabón más en la larga cadena de ritos y fiestas en un país donde la figura del toro ha tenido siempre una concepción mágico-religiosa. Y donde las antiguas tradiciones en torno a las suertes del toro y de la tauromaquia han sufrido a lo largo de siglos un proceso dinámico cambiante, trocando lo que en un principio fue un rito religioso cargado de simbolismo en un acto lúdico y festivo.                           

Las fiestas del Toro enmaromado suelen celebrarse a lo largo de la primera quinzena de junio.

                                                                       
                                                                                 

                                                                                                            

             

 
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